La historia cuenta que el whisky irlandés fue el primero en ser destilado por monjes en el siglo
XII, quienes lo utilizaban con fines terapéuticos. Luego se convirtió en una bebida popular para
festejar y en un motivo para compartir, pues hacía que el cuerpo entrara en calor y se creía que
curaba las penas del alma.
Y aunque haya sido la gran creación de los irlandeses, fue en Escocia donde perfeccionaron el
whisky con la combinación de “Agua, fuego y tiempo” y lo convirtieron en una de las bebidas más
apreciadas alrededor del mundo para celebrar y compartir.
El whisky puede definirse como una bebida alcohólica obtenida por la destilación de la malta fermentada, siendo esta cualquier grano que haya germinado, particularmente de cebada o centeno, y que luego se haya secado. Existen varios tipos de whisky escocés que se diferencian según su mezcla.
Este es el tipo más conocido de whisky que se disfruta en todo el mundo. Se elabora mediante la mezcla de whiskies single malt y single grain. Su principal característica es que, al ser una mezcla permite un estilo único para cada variedad y marca.
El whisky puro de malta suele ser uno de los mejores whiskies del mundo. Para alcanzar esta categoría se debe destilar en una sola destilería a partir de agua y cebada malteada sin otros granos. Debe madurarse por lo menos tres años en barricas de roble de 700 litros y se debe embotella con mínimo de 40 por ciento de alcohol por volumen.
La elaboración del whisky escocés es una tradición que se ha refinado con el tiempo. Pasó de una tradición casera a una industria con procesos precisos.
Un blended scotch whisky resulta de la mezcla de dos o más whiskies de malta y de grano de
varias destilerías, lo que les da más cuerpo y complejidad. Este es el best-seller de los
whiskies y debe tener al menos tres años de añejamiento en barricas de roble.
Los blended son creados para ofrecer una receta única para cada variedad y marca, que sea
posible repetir cada año. Los blended suelen personificar la creatividad y sensibilidad del
maestro mezclador, quien puede mezclar hasta 50 tipos de whiskies de diferentes destilerías
en busca del balance perfecto.
Todos los whiskies necesitan de un experto que logre una estrecha colaboración con los sitios de
producción, garantizando los estándares en cada producto y desarrollando también en su proceso
un diferencial en cada creación. Esta persona es el maestro mezclador, quien dedica su labor a
crear nuevos whiskeys garantizando la consistencia de los productos en el mercado, para que no
existan dos botellas del mismo whisky que sean diferentes.
En la Casa Buchanan’s, el maestro que crea y perfecciona nuestros whiskies, es Craig Wallace,
especialista y educador del whisky, creador del exquisito Buchanan's Two Souls. Cuenta con años
de experiencia y evolución, que le han dado la capacidad de convertirse en uno de los miembros
más experimentados del panel sensorial de especialistas en whisky de Diageo.
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